lunes, 19 de noviembre de 2018

PRESENTACIÓN DEL LIBRO CRÓNICAS DE FUEGO Y NIEVE, DE VICENTE AUPI


El día 30 de octubre en el salón de actos de la casa de cultura asistimos a la presentación del libro Crónicas de fuego y nieve. La Guerra Civil Española y los corresponsales internacionales en la Batalla de Teruel, de Vicente Aupi, con pase de diapositivas, charla y coloquio con el autor. 

Vicente Aupi presentando su libro

De Vicente Aupi podemos decir que nació en Valencia, de raíces turolenses, en la actualidad vive en Torremocha, el pueblo de sus abuelos. Periodista desde 1978 hasta 2008. En 1985 crea por su cuenta el Observatorio de Torremocha del Jiloca (Teruel), en el corazón del Polo del Frío del triángulo Teruel-Calamocha-Molina de Aragón, con sus propios telescopios y una estación meteorológica. Se especializa en divulgación científica y astrofotografía. Inició su carrera como periodista en Radio Popular de Valencia, fue redactor de Hoja del Lunes de Valencia, del diario Levante-EMV (1991-2008), especializado en las áreas de ciencia, urbanismo y medio ambiente. También ha colaborado con El País Semanal, La Vanguardia, TVE, y Canal 9 entre otros. Ha escrito: Atlas del firmamento (1998, Premio al libro de divulgación científica mejor ilustrado, concedido por la Casa de las Ciencias de La Coruña), Guía del clima de España (2005), El Triangulo de Hielo. Estudio Climático del Polo del Frío Español (2013), El General Invierno y la Batalla de Teruel (2015) y Crónicas de fuego y nieve (2017) entre otros. Ha recibido el Premio de Periodismo sobre la Difusión de la Investigación de la Universidad de Valencia (1990 y 1992), Premio de Periodismo de la Universidad Politécnica de Valencia (1992), y dos premios del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).

Nos contó, mientras nos mostraba una serie de diapositivas, como se dieron cita en Teruel durante la Guerra Civil los mejores reporteros y fotógrafos del momento. Los periódicos más influyentes de la época como The New York Times, los londinenses The Times y The Daily Telegraph, o el francés Paris-Soir,  enviaron a Teruel  reporteros y fotógrafos de talla mundialmente reconocida, algunos escritores como Ernest Hemingway, George Orwell, John Dos Passos Antoine de Saint - Exupéry; periodistas como Herbert Lionel Matthews, Henry Buckley, Sefton Delmer, Robert Capa, Mathieu Corman, o Ilya Ehrenburgpublicaban diariamente crónicas sobre los acontecimientos ocurridos en España, dada la importancia del desarrollo de la guerra para el futuro de Europa y del mundo, ya que la Batalla de Teruel "se convirtió en un episodio crucial para el futuro de la humanidad en los convulsos momentos en que se abocaba la Segunda Guerra Mundial merced a las ansias de poder de la Alemania gobernada por Adolf Hitler y sus delirios de grandeza. De lo que sucedía en Teruel dependía el curso de los acontecimientos mundiales, y así lo entendieron los periódicos más importantes del planeta, que enviaron a la diminuta ciudad aragonesa y su provincia a sus mejores corresponsales". (Página 27).

El calendario de la guerra, desde el 18 de julio de 1936 hasta el 1 de abril de 1939, sitúa a la batalla de Teruel como el episodio central. También desde el punto de vista bélico e histórico, ya que a partir de ella se precipitan los acontecimientos, y a pesar de ciertos momentos de resistencia republicana, Franco cobra ventaja definitiva gracias a la ayuda de Hitler y Mussolini. Los corresponsales fueron testigos de ello y lo describen en sus escritos y crónicas de forma pormenorizada, criticando la actitud oficial de Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos que con el pretexto del pacto de No Intervención consintieron esta ayuda. 

Fotos de la portada de Robert Capa

Las dos fotos de la portada del libro son obra de Robert Capa. La de la parte superior son miembros de un comando del ejército republicano el 3 de enero de 1938 tras el asalto al Gobierno Civil de Teruel, en el que se refugiaba una guarnición franquista. En la de la parte inferior se encuentran Ernest Hemingway (centro) con el corresponsal del New York Times, Herbert L. Matthews (al fondo a la izquierda), el brigadista internacional Malcolm Dunbar (izquierda, que fue Jefe de Estado Mayor de la XV Brigada Internacional en la Guerra Civil Española) y un soldado desconocido en una de sus incursiones en Teruel en diciembre de 1937.

Algunas de las portadas internacionales

Para enviar sus crónicas tenían que viajar a Valencia o a Zaragoza, según se encontrasen en el bando republicano o en el sublevado. Algunos encontraron la muerte como Richard Sheepshanks, Edward Neil y Bradish Johnson, que murieron en Caudé cuando una bomba cayó cerca del coche en el que se encontraban, salvándose Kim Philby del diario The Times. Este suceso conmocionó al mundo en la nochevieja de 1937. La repatriación de los cadáveres fue una odisea, permanecieron varios días en Zaragoza donde se organizó un velatorio y se les rindió homenaje, siendo trasladados a la frontera francesa los féretros se enviaron por tren a París y a continuación a sus respectivos lugares de origen. A los tres les fue concedida, a título póstumo, la Cruz al Mérito Militar y doce meses más tarde, en Burgos, el general Francisco Franco condecoró en persona con la misma medalla a Kim Philby, único superviviente del suceso, quien había establecido una fluida relación con los responsables del aparato de propaganda de los nacionales y que se deshacía en elogios hacia los sublevados y siempre que podía escribía a su favor; décadas después se supo que era realmente un espía soviético y su pase de prensa una tapadera. 

No solo se jugaban la vida en los desplazamientos o en el campo de batalla, también se arriesgaban a sufrir congelaciones como las de muchos de los combatientes que murieron o sufrieron amputaciones por culpa de las bajas temperaturas de ese invierno de 1937 y 1938 en el que llegaron a caer por debajo de los -20 ºC, uno de los inviernos más fríos del siglo XX. Las Brigadas Internacionales llamaron a Teruel "el Polo Norte", y corresponsales como Matthews (The New York Times) escribieron que nada les impresionó tanto como el mal tiempo en el que se libró la batalla. Nos comentó que calcula que sufrieron congelaciones no menos de 15.000 combatientes de los dos ejércitos. Unos murieron y otros pasaron por la tortura de las amputaciones. No hay ninguna otra batalla en la que se vea con tanta reiteración a los soldados con su correspondiente manta, que era más importante incluso que un fusil para salvar la vida.

Terminamos con un pequeño coloquio, en total más de hora y media que pasó volando, muy interesante, educativo  y ameno todo lo que nos contó y con unas fotos estupendas que nos trasportaron a esa época; esto es solo un pequeño resumen de la charla, el libro (con un montón de imágenes), lo  podéis encontrar en la biblioteca.

Club de Lectura

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